Marta Borruel

Comunicación inclusiva, porque todos somos susceptibles de necesitarla

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En Comunicación, y en la vida en general, no nos planteamos determinadas cuestiones hasta que irrumpen brusca e inesperadamente y no tenemos otro remedio que mirarlas de frente. Y quizá entonces sea demasiado tarde.

Esta reflexión surge a raíz de un encuentro que mantuvimos el otro día con Luis Casado Aguilera, presidente de la Fundación Iddeas y especialista en marketing inclusivo. Es una entidad privada que no tiene ánimo de lucro y que está formada por personas con y sin discapacidad. Y lo que pretende es algo muy sencillo, pero también, sorprendente. Y aludo a la sorpresa, no porque sea algo asombroso, sino porque, muchas veces no nos paramos a pensar en cómo es la vida de los que no son como nosotros y hay muchas cuestiones que nos pasan desapercibidas.

Por ejemplo, no somos conscientes de que determinados folletos y publicaciones tienen una tipografía o un nivel de contraste imposible de percibir por aquellas personas que tienen necesidades específicas en materia visual (baja visión, daltonismo, presbicia…).

No caemos en la cuenta de lo importante que es escribir la descripción de las fotografías que colgamos en nuestras webs o perfiles sociales, hasta que vemos cómo funciona un móvil que tiene activada la función de accesibilidad para las personas con dificultad de visión.  Haced la prueba, veréis que el usuario recibe un mensaje de voz que dice algo así como: «IMG00456.jpg» y no «una pareja compartiendo una copa de vino en un restaurante». Es decir, el usuario recibe el nombre del archivo y no su descripción, porque no nos hemos molestado en rellenar esa casilla.

No pensamos nunca que aquellos spots televisivos que únicamente muestran al anunciante en pantalla, sin decir en ningún momento de quien se trata, dejan de lado a un importante sector de la población.

Igual que aquellos otros que no los subtitulan, para que los que tienen dificultades auditivas puedan seguirlos con comodidad.

De todo esto y mucho más nos habló Luis Casado. Y consiguió que abriéramos los ojos (a pesar de tenerlos tapados con un antifaz para acercarnos al día a día de las personas invidentes) a una realidad mucho más común de lo que nos pensamos, porque el cliente diverso, aquél que tiene necesidades especiales físicas, visuales, auditivas, cognitivas u orgánicas, representan, ni más ni menos, que el 40% de nuestra sociedad.

Haced una prueba.

Escuchad el audio de este spot de televisión y decid quién es el anunciante…

https://drive.google.com/open?id=1J9NhTjKkMeDM19qq5BpIJtdOe95jCR17

¿Lo habéis adivinado?

Seguramente habreís intuido que se trata de alguna marca relacionada con el mundo del bebé. Pero ¿cuántos habríais podido decir este nombre?

[youtube https://www.youtube.com/watch?v=Q53Gc2k3Kyg&w=560&h=315]

El reto que debemos plantearnos como profesionales de la Comunicación, y por supuesto del marketing, es el de intentar llegar a todas las personas y no sólo a la mayoría.